‘Spoiler’ es la perfecta descripción de la basura woke

Xavier Castillo, el alma mater de la compañía valenciana Pot de Plom, ha vuelto al Teatre del Mar para presentarnos su nuevo monólogo, ‘Spoiler’, que tiene la virtud de describirnos a la perfección a qué huele la basura woke, o sea la cultura de la cancelación, un término que viene a hermanar con quirúrgica precisión, cancelar con censurar. Claro, siempre favorable a señalar de mala manera aquello que está más allá del muro, dejando en paz por imperativo woke la mugre progresista, muy abundante por cierto.

Pot de Plom desglosa sus principios en dos partes: el gusto por decir que el objetivo fundamental es “el teatro de risa”, lo cual es cierto, y que entonces la clave va de “parodia, sátira política y humor sin límites”, que también es cierto, aunque esto último con muchos, muchísimos impedimentos. Porque de ser cierto y verdad que practican un “teatro juglaresco” ¿a qué viene el comedimiento a la hora de reflejar la realidad, tal cual es? ¿Acaso no es éste el principio fundacional de la juglaría? ¿Su naturaleza última? Y en esa realidad juega destacadio papel protagonista la corrección política que es la sublimación de la ideología woke. Aunque en realidad la sátira política de Pot de Plom más se parece a pura diarrea ideológica que ni por asomo pone en cuestión los extravíos de la progresía. Es como si no existieran  y punto pelota.

¿Dónde queda entonces el bienaventurado sentido crítico de la juglaría? En definitiva, el trabajo de Xavier Castillo es un enorme fraude, lo cual es una lástima porque estamos hablando de un extraordinario bufón, pero que ha decidido amputar de su relato cualquier insinuación que se aparte de la corrección política , esa que avala la verdad revelada y condena toda desviación del pensamiento único, y progre por supuesto. Solamente para que el público afín pueda reírle las gracias (al menos Castillo es sincero al comenzar su espectáculo invitado a salir a cualquiera de Vox), como ocurre sistemáticamente en el  Teatre del Mar y otros lugares de la misma cuerda. Un inciso: no confundir este comentario peyorativo con mi admiración por el trabajo incansable de la gente del Teatre del Mar con el que puedo tener diferencias pero reconozco su ejemplar empeño por desarrollar un fortalecido teatro independiente.

El trabajo de Xavier Castillo ya es otra cuestión, muy ligada con la basura progre, incluyendo la sistemática ausencia de crítica, a lo que tenga que ver con ellos, los progresistas. En definitiva, el silencio más absoluto sobre sus despropósitos.

Ustedes se preguntarán. Vamos a ver, Fernando. ¿Entonces por qué vas? La respuesta es bien sencilla: estoy a favor del teatro juglaresco, la parodia y la sátira política. Pero no estoy a favor del maldito fraude sistemático progre. En la Comunidad Valenciana ha gobernado ocho años la extrema izquierda y al parecer Xavier Castillo no encontró la mínima grieta. Muy sospechoso. En cambio, puede reírse a carcajadas de Rita Barberá, fallecida en 2016. Lo puede hacer, ridiculizando a la Princesa Leonor y a la Corona en general. Puede descojonarse de un conseller de Cultura que fue torero. Ni que decir tiene, limpiarse el culo y los testículos con la bandera de España. No digamos ya de Santiago Abascal. Carajo, Castillo. ¿En qué me estás enriqueciendo?

Me ha quedado claro que no volveré a ver ningún espectáculo de Pot de Plom. No merece la pena. En absoluto. Eso no es juglaría, ni sátira, y tampoco la más digna expresión de la crítica.

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