Una mirada a Gloria Fuertes desnudando su alma al espectador

Huesca podrá parecernos un lugar remoto a la hora de ejercitarse en teatro independiente, salvo que estemos al corriente de su Festival Internacional de Teatro y Danza, con el que precisamente está vinculado el dramaturgo y pedagogo, Jesús Arbués, autor y director de ‘Sin pena y con Gloria’ que se ha representado días pasados en el Teatre del Mar. Esta pieza para una sola voz de mujer, es en realidad un monólogo dramatizado basado en la vida y la poesía para adultos de Gloria Fuertes. También es un mano a mano entre el propio Arbués y la actriz, cantante y docente Laura de la Fuente. Y visto lo visto, me atrevo a aventurar que nos situamos ante una obra menor, pero que puede acabar convirtiéndose en un caramelo agradecido para cualquier intérprete femenina que desee poner a prueba todas sus capacidades, como ocurre en la ópera con arias que encierran la consagración de una voz.

Igualmente puedo entender que hay un punto cierto de complicidad entre el director y la actriz desde el momento en que De la Fuente fue alumna suya. Hoy, además de actriz y cantante, forma parte del grupo de profesores de los Talleres Municipales de Teatro y Danza de Huesca.

‘Sin pena y con Gloria’ es al mismo tiempo un ejercicio de estilo que busca en las entrañas del personaje para alumbrar sus motivaciones y descubrir su constante estado de autocrítica, hurgando entre sus titubeos, y asimismo sus confesiones de naturaleza más íntima. El resultado nos llevará a escuchar a Gloria Fuertes hablándonos desde el corazón, jugando un papel igualmente protagonista una escenografía, asimismo firmada por Arbués, construida a partir de una serie de paneles que son fuertemente cómplices con el relato.

Laura de la Fuente no cesa de pasear entre estos paneles, que en realidad lo que nos aportan es una sucesión de flashes biográficos, pero que al mismo tiempo se transforman en acertados recursos escénicos para dotar de mayor densidad corpórea la representación, y eso es precisamente, lo que hace de  esta puesta en escena, un auténtico tour de forcé para la actriz, obligándola a desdoblarse permanentemente para ir incorporando cambios de registro. Lo que en absoluto es asunto menor, puesto que a lo largo de poco más de una hora que dura la función veremos pasar ante nuestros ojos los 81 años de la vida de Gloria Fuertes, y cabría decirse que siendo conscientes de no habernos perdido absolutamente nada, que todo ha quedado perfectamente reflejado. Esa es la principal virtud de este relato: vemos pasar su vida ante nuestros ojos para el enriquecimiento de la introspección.

Vemos a la niña, a la adolescente, a la mujer en plenitud y también su lado más oscuro para los dictados de la época, y siempre, a través de su palabra hecha poesía, a veces, y otras, encadenada a la confesión al desnudo de su naturaleza humana. Laura de la Fuente nos hace llegar esos mensajes, con una capacidad exquisita que conmueve al espectador. Es en definitiva una mirada a Gloria Fuertes desnudando su alma al espectador.




Deja un comentario